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martes, 24 de agosto de 2010

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (5)

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (5)

(continuación de: http://blog-de-mag-ambiental.blogspot.com.ar/2010/08/la-humanidad-y-la-naturaleza-4.html)
Dado el estado de cosas visto en las notas previas, el principio de las soluciones a todos los problemas ambientales, deberá pasar por un cambio cualitativo en el estado de conciencia de la humanidad. Y ese cambio ocurrirá cuando se comprenda lo erróneo de asumir una actitud dualista,  considerando a la humanidad y sus logros, como enfrentados a la naturaleza. A partir de allí  deberán encarase soluciones desde todos los ángulos necesarios: educacional, político, científico y tecnológico.
Aunque esa toma de conciencia costará mucho de llevarse a cabo. Durante las tres últimas décadas, cada vez son más los países que oficialmente se ocupan del problema y cada vez son más las personas que se suman a movimientos masivos enfrentando a todo tipo de actitudes que atenten contra la naturaleza. Pero son relativamente pocos los que lo hacen con una actitud unitarista. Son relativamente pocos los que comprenden que los futuros avances científicos y tecnológicos deben desarrollarse considerando la condición natural de la humanidad y de sus acciones.
Porque no hay que empeñar esfuerzo en limitar el avance científico y tecnológico, sino, por ejemplo,  en reducir y eliminar factores de contaminación; en reducir a límites adecuados, la presión sobre los recursos naturales renovables y a organizar el consumo y búsqueda de substitutos, en el caso de los recursos naturales no renovables. La implantación de ciclos cerrados en el consumo industrial de agua y el tratamiento de los efluentes industriales y urbanos (humanos directos), hasta dejarlos en niveles de contaminación capaces de ser absorbidos por la naturaleza sin alterarla, serán otras de las tantas medidas que deberán tomarse en el futuro, paralelamente a realizar una educación masiva de la sociedad respecto de los beneficios globales que le significará el retorno a la conciencia natural.
De esa forma el futuro de la humanidad tenderá a reencontrar su equilibrio como parte de la
naturaleza. Y esa nueva condiciones de equilibrio entre la humanidad y la naturaleza, se encontrará en un nivel cualitativo superior al existente con anterioridad a la revolución industrial, debido a la evolución lineal e irreversible de los procesos naturales en el tiempo. Evolución a la cual se sumarán los cuantiosos logros positivos – actuales o futuros – de la ciencia y de la técnica, como parte real e indivisible de la evolución natural.
De allí en adelante todas las actividades de la humanidad pasarán a reforzar su vínculo con la naturaleza. Por expresarlo con palabras de L. Golóvanov: “Una concepción cualitativamente nueva no triunfa porque haya hecho cambiar de opinión a sus opositores, ni porque haya logrado 'convertir a su fe' a las academias y universidades, sino debido a la maduración objetiva de las condiciones favorables para su reconocimiento. Y será entonces cuando las nuevas generaciones asimilen esas ideas como algo que se sobreentiende.”


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Bergman, E., H. A. Bethe y R. E. Marshak, 1981. Opciones energéticas antes del año 2.000. Ed. Tres Tiempos SRL. Libros del Mañana Esperanzado, Serie Divulgación Científica 9, 1-196. Buenos Aires.
Derrey, F., 1969. La Tierra, esa desconocida. Enciclopedia Planeta. Ed. Sudamericana. 1-253. Buenos Aires.
Forbes, R. J., 1969. La conquista de la naturaleza. Monte Ávila Editores, C. A. 1-158. Venezuela.
Freeman, D., 1980. Energía: La Nueva Era. Ed. Tres Tiempos SRL. Libros del Mañana Esperanzado, Serie Divulgación Científica 2. 1-318. Buenos Aires
Golovanov, L. V., 1982. Todo es armonía en la naturaleza. Editorial MIR, 1-199. Moscú.
Halarcy, D. S. (Jr.), 1978. Tierra, Agua, Viento y Sol. Nuestras alternativas energéticas. Ed. Tres Tiempos SRL. (Buenos Aires) y Ed. Nuevomar S. A. de C.V. (México), Colección Universo, 1-175.
Hayes, D., 1981. Perspectivas energéticas mundiales. Ed. Tres Tiempos SRL. Cuadernos del Hoy Candente 5-8, 1-315.  Buenos Aires.
Jalee, P., 1973. Crisis energética y recursos naturales. Biblioteca Salvat de Grandes Temas. Salvat Editores, S. A. 1-143. Barcelona, España.
Novik, I., 1982. Sociedad y naturaleza. Editorial Progreso. 1-343. Moscú
Riabchikov, A. M., 1976. Estructura y dinámica de la esfera geográfica. Editorial MIR, 1-238. Moscú.
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viernes, 20 de agosto de 2010

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (3)

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA(3)
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:
LA HUMANIDAD DEJA DE LADO SU CONDICIÓN NATURAL

(Continuación de:  http://blog-de-mag-ambiental.blogspot.com.ar/2010/08/la-humanidad-y-la-naturaleza-2.html)
El cúmulo de conocimientos, en su mayoría empíricos, atesorados desde sus orígenes por los humanos, constituyen la base cuantitativa que gracias a la invención de la máquina de vapor, le permitieron dar ese trascendental salto cualitativo posteriormente llamado REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
Ese salto cualitativo tuvo su mayor expresión en la gran disponibilidad energética móvil (posible de ser llevada lejos de las fuentes de energía) que significaba el motor de vapor y fue decisivo tanto en la posterior evolución económica y social (surgimiento y desarrollo del capitalismo por sobre el feudalismo imperante hasta ese entonces), como en la evolución del estado colectivo de conciencia que regía las relaciones de la humanidad para con la naturaleza.
A partir de allí, la humanidad tuvo capacidad potencial como para influir significativamente sobre la naturaleza. Crecía la avidez de materias primas naturales de las nuevas industrias, al ritmo de la creciente necesidad de productos elaborados por parte de la sociedad en su conjunto. De ese modo los recursos naturales, tanto renovables como no renovables, sufrieron el impacto de esas demandas.
El artesanado previo, máximo elaborador de materias primas antes de la Revolución Industrial, solo podía hacerlo al ritmo de sus músculos, o de la energía de alguna rueda hidráulica, o eólica. Tal ritmo armonizaba con la autorrecuperación natural de los ambientes. Por otra parte, el estado colectivo de conciencia forjado milenio a milenio, hacia que la humanidad respetase a la naturaleza y que hasta le temiese, o le adorase.
Pero este enorme salto cualitativo dado en lo energético, significó PODER en todos sus aspectos. y La creciente acumulación de poder culminó rápidamente como otro salto cualitativo: en este caso en el estado colectivo de conciencia. Aquélla armonía primigenia con la naturaleza, en principio fue trocada en indiferencia y luego, en no pocos casos, hasta se convertió en desprecio. El progresivo sentimiento de superioridad que la humanidad se forjó con sus obras y logros cada vez mayores, hizo que surgiera ese dualismo que prima hoy en día: humanidad por un lado, naturaleza por otro.
Posteriores desarrollos técnicos y científicos en el ámbito energético, tales como el motor de combustión interna, la transmisión de la electricidad a grandes distancias y la producción de electricidad en gran escala en centrales térmicas convencionales primero, luego en centrales hidráulicas y por último en centrales térmicas de fisión nuclear, trajeron aparejada una enorme versatilidad en la disponibilidad energética.
Con tal versatilidad energética, la humanidad pudo moverse con mayor velocidad y con mayor intensidad, en pos de recursos naturales. Pudo penetrar más profundo en la corteza terrestre en busca de minerales; pudo sumergirse más profundo y por más tiempo en los mares (en la mayoría de los casos, con fines bélicos); pudo elevarse en la atmósfera hasta escapar de ella y pudo someter a su libre albedrío a una biosfera tan indefensa como incomprendida.
Los avances tecnológicos, en su mayoría impulsados por la creciente posibilidad de lucro que estos permitían obtener a partir de la elaboración masiva de recursos naturales, se tradujeron en una presión descontrolada sobre estos últimos. Lamentablemente y hasta entrado este siglo, las ciencias naturales no contaron con una fuente impulsora semejante y en general marcaron a la zaga de esas fuerzas que literalmente saqueaban puntualmente la naturaleza.
Continua...
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martes, 17 de agosto de 2010

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (4)

LA HUMANIDAD
Y LA NATURALEZA(4)
SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS

 (Continuación de: http:http://blog-de-mag-ambiental.blogspot.com.ar/2010/08/la-humanidad-y-la-naturaleza-3.html )
En ese estado de cosas llegamos al presente con una humanidad que en el último siglo y medio experimentó una enorme acumulación de conocimientos científicos y tecnológicos. Y a la vez que esa acumulación crecía, la humanidad se fue alejando de su perspectiva natural, tanto en los hechos como en los discursos. Porque en la mayoría de los hechos, como en la mayoría de los discursos, de acuerdo a la "opinión pública", pareciera que los humanos van por un lado y la naturaleza por otro. "Hay que salvar el planeta", es la síntesis del discurso de ecologistas y ambientalistas, mientras miran a la naturaleza  como si  ella estuviese "atrás de un vidrio." La miran "desde afuera", sin darse cuenta que son parte de ella, del mismo modo que lo fue toda la humanidad, desde que comenzó a andar en "dos patas" y a desarrollar su intelecto.
Todo el desarrollo intelectual de los humanos, ocurrió como un proceso natural más.  O dicho con palabras de alguien de quien no puede decirse que haya respondido  a "los intereses de las clases dominantes", 
el propio Federico Engels: "..el espíritu humano es el más excelso producto de la materia orgánica."(1) En ese contexto, y analizado con el enfoque de la dialéctica engeliana, podemos decir que la acumulación (cuantitativa) de conocimiento científico y tecnológico, por otra parte exponencial e irreversible, generó un cambio cualitativo en el planeta, dando lugar a la aparición de una nueva y trascendental "esfera" natural, la que se suma a las cuatro primigenias (Hidrosfera, Atmósfera, Litosfera y Biosfera).
Esta nueva esfera es la Tecnosfera, a la que algunos autores también llaman "Noosfera" (este tema está bien desarrollado por Novik, en el trabajo que ya mencioné, obviamente bajo un enfoque engeliano, pues era investigador de la URSS hacia 1.960 y 1.970).
Esta es la razón por la cual ilustré algunas de las notas anteriores con máquinas. Porque desde este punto de vista unitarista, las máquinas son producto de la evolución intelectual de los humanos, y por ende, deberían ser consideradas NATURALES! (Aunque decir esto me cueste más de un "palo", una mirada ceñuda, una carcajada excéptica, o la excomunión. Mis espaldas están acostumbradas.)
La Tecnosfera es producto del desarrollo intelectual de la humanidad, y por lo tanto, tan natural como las demás. Negarlo sería darle rango sobrenatural y por ende, sería analizarla con enfoque dualista, poniendo a la naturaleza por un lado y a la humanidad por otro lado(2). Hay que convencerse que desde la llamada Revolución Industrial, la naturaleza evolucionó y evolucionará bajo el influjo de esta nueva esfera. Del mismo modo en que con la aparición de los primeros seres vivos fotosintetizantes, allá por el Paleozoico, surgió el oxígeno libre en la atmósfera del planeta. Y con el oxígeno libre,  la naturaleza evolucionó bajo el influjo de los procesos oxidativos, de un modo irreversible e inevitable. 
También en este caso y si aplicamos la dialéctica engeliana, podemos decir que el incremento en la cantidad de seres fotosintetizantes fue incrementando la cantidad de oxigeno libre en la atmósfera, hasta que su cantidad generó un cambio fundamental en la calidad atmosférica (."..todo tiempo pasado fue mejor!" hubiese podido reflexionar con razón, cualquier bacteria anóxica!) A propósito de los procesos oxidativos, vale recordar que antes de la aparición de esos primeros seres fotosintetizantes, la atmósfera terrestre contenía más del 9% (nueve por ciento) de dióxido de carbono (CO2). Un porcentaje enorme, si lo comparamos con las alrededor de 400 ppm (partes por millón)  de CO2 que contiene la atmósfera actual.
Hasta ese entonces, todo el oxigeno existente en el planeta, estaba combinado con  Carbono formando CO2 y carbonatos, o con otros elementos químicos, formando otros minerales. Los primeros seres vivos fotosintetizantes comenzaron a tomar el CO2 atmosférico,  fijando el carbono  en sus tejidos y liberando oxígeno a la atmósfera. Hasta llegar a una atmósfera como la actual, con algo más del 21% de oxígeno libre. Ese fue el cambio evolutivo quizá más drástico y trascendental que experimentó el planeta a lo largo de sus conocidos cuatro mil quinientos millones de años de existencia. Me imagino que si en aquél entonces hubiesen existido "ecologistas" y "ambientalistas", estarían "discurseando" para terminar con todos los seres fotosintetizantes, pues era real que estaban modificando profundamente el planeta.
Pero retornar “al arco y a las flechas”, dicho esto en sentido figurado, para recuperar la armonía entre la humanidad y la naturaleza, tal como postulan
quizá con la mejor de las intenciones algunas corrientes de opinión preocupadas por el enfrentamiento entre actividades humanas y naturaleza,  sería prácticamente imposible.  Por un lado, tal retorno “al arco y a las flechas”, o dicho de otro modo, renegar de los logros científicos y tecnológicos, también sería volver a la viruela, al paludismo, a la difteria y a tantas enfermedades hoy controladas. Sería dejar de lado los logros genéticos en la agricultura y la ganadería, volviendo a las hambrunas características del Medioevo. Sería dejar de lado la rapidez de las actuales comunicaciones (...y ahí quisiera ver a más de un "defensor" de la naturaleza, sin fax, sin celular y sin Internet!)
Por otro lado sería imposible, pues del mismo análisis dialéctico de los procesos naturales, se desprende que estos, incluyendo la evolución intelectual de la humanidad, ocurren de forma lineal e irreversible. En suma, el planteo de renegar de los avances científicos y tecnológicos, también sería enfrentarse con la naturaleza, puesto que esos avances son la manifestación suprema de la evolución intelectual humana, como parte de su evolución natural.
Continua...

El video muestra parte del proceso de cosecha de sal común
(Salinas del Bebedero, San Luis, Argentina)

(1)Palabras de Federico Engels en el prefacio a su obra "Dialéctica de la Naturaleza." (Editorial Problemas, Buenos Aires, 1941. Traducción del Dr. Augusto Bunge.) Quien acaso se incomode por la palabra "espíritu", no se la agarre conmigo. Es asunto del traductor! - El enlace (link) corresponde a una traducción mucho más moderna, pero el concepto es similar. Aunque en lugar del término "excelso" usa "supremo", igualmente emplea el término "espíritu."
(2)No entro en consideraciones teológicas, por el espacio que eso llevaría.
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domingo, 15 de agosto de 2010

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (2)

Cosecha de Sal común
DISPONIBILIDAD
ENERGÉTICA
DE LA HUMANIDAD
Y SUS RELACIONES

CON LA NATURALEZA
Prehistoria, Antigüedad y Medioevo:
La Humanidad
como parte de la naturaleza

(Continuación de: http://blog-de-mag-ambiental.blogspot.com.ar/2010/08/la-humanidad-y-la-naturaleza-1.html)
Luego de la introducción y para avanzar en el tema, lo primero que debemos tener en cuenta es que en la superficie del planeta (en las interfaces existentes entre la Litosfera - todas las rocas sólidas -, la Biosfera - todos los seres vivos -, la Hidrosfera - toda el agua - y la Atmósfera - todos los gases que envuelven a las demás esferas -), los procesos naturales ocurren en un sistema termodinámico abierto: el Sistema Exógeno Terrestre, o lo que genéricamente denominamos Naturaleza. ¿Y por qué es un sistema termodinámico abierto? Porque la energía que lo moviliza proviene de afuera del sistema. En la naturaleza, todos los cambios en el estado de la materia ocurren gracias al ingreso de energía externa al sistema: más del 98% de esa energía es Energía Radiante Solar. Esta moviliza la Atmósfera (produce vientos) y la Hidrosfera (moviliza el ciclo hidrológico, o sea, toda el agua que se mueve sobre la tierra = nubes, lluvia, ríos, y también tiene importancia en las corrientes marinas.) Además moviliza la vida y todos los procesos biogeoquímicos, a partir de su captación en la fotosíntesis de los vegetales.
En este contexto, desde sus inicios la humanidad evolucionó como parte de la naturaleza y en
armonía con ésta. En sus etapas primitivas, los seres humanos solo disponían de la energía de sus músculos, o la de los músculos de aquellos animales que fueron domesticando.
Al avanzar su desarrollo intelectual, tuvieron mayor éxito en la adaptación al medio respecto a otros consumidores. De ese modo fueron ocupando sitios más elevados en la pirámide trófica (pirámide de alimentación cuya base son los vegetales como productores primarios y sigue con los consumidores primarios, que son los herbívoros. Luego siguen los consumidores secundarios, que son carnívoros. Termina con hongos y bacterias que degradan todo tipo de materia biogénica muerta).
De todos modos y dado que la energía de la que disponían los humanos, no era mayor a la de otros consumidores, la humanidad mantenía un estado de interacción armónica con el resto de la naturaleza. Pero al dominar el fuego, su evolución tuvo un salto cualitativo trascendental en el aspecto energético, pues aumentó su capacidad de adaptación. Mejoró su dieta cocinando alimentos; calentó su cuerpo y pudo habitar ambientes naturales más fríos; fabricó útiles de cerámica y hasta logró fundir metales.
El fuego es una liberación relativamente rápida de la energía solar acumulada en los combustibles empleados (en aquel tiempo, principalmente madera, huesos y excrementos de herbívoros), merced a procesos fotosintéticos previos. Por ello su empleo no influye en la ecuación termodinámica global de la naturaleza. Además su uso estaba muy focalizado a pocas actividades, por lo que los humanos no tenían elementos como para pensar que de alguna manera se estaban diferenciando de la naturaleza, o estaban "dominándola", como ocurrió mucho tiempo después. Ya lo veremos en próximas notas. Gracias. Cuídense. MAG
Ahh! Y recuerden que "...antes de pensar en dejarles un planeta mejor a nuestros hijos, deberíamos pensar en dejarle mejores hijos al planeta!"
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Fotografía: cosecha de sal común en salina San Máximo (provincia de La Pampa, Argentina)

jueves, 12 de agosto de 2010

LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA (1)

Cosecha de cereales en Buenos Aires
LA HUMANIDAD
Y LA NATURALEZA
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
INTRODUCCIÓN
Con esta nota avanzaré basado en los conceptos de los párrafos selectos de Alberto Ranea, publicados en las seis entradas previas  (en la nota de este enlace y en las cinco siguientes). Especialmente trataré el tema ambiental desde un enfoque unitarista. Ranea dejó muy claro que en la “opinión pública” prima un enfoque dualista que ha llevado al estado actual de esquizofrenia en el “discurso ambientalista” dominante. Discurso que por un lado se opone prácticamente a todo lo que signifique progreso bien entendido, mientras que por otro lado, sus promotores no dejan de lado ninguno de los beneficios que el progreso pone a su alcance.
Ranea, insisto, habló de un dualismo al que bien le cabe el adjetivo de  hipocresía, como lo dije en alguna nota previa. Y también le cabe el adjetivo de oportunismo. Porque la base filosófica de las izquierdas es unitarista por excelencia; pero en cuestiones ambientales, los "progesistas de izquierdas varias" enarbolan un claro discurso dualista, como surge de la experiencia diaria y como bien analizó Ranea enm su escrito. Eso pone en evidencia que, o bien sus cultores no tienen idea de cual es la filosofía que los sustenta, o bien se montan al discurso dualista de los ecologistas, con tal de "hacer bulto" en cualquier causa.
El análisis de la evolución humana del que hablaré en estos escritos, parangonado con la evolución de su disponibilidad energética desde el hombre prehistórico hasta el presente, fue expuesto por Forbes, con un enfoque algo distinto y con mucha mayor profundidad.
Del mismo modo, Novik, investigador de la ex-Unión Soviética  durante el apogeo de la misma, desarrolló de manera muy clara el enfoque unitarista de la naturaleza, al que adhiero. Este excelente investigador
consideró a la humanidad junto con sus logros científicos y tecnológicos, como parte de la naturaleza. Ya lo veremos en detalle. Jaleé; Hayes; Halarcy y Bergman, entre otros, desarrollaron el tema de las distintas alternativas energéticas. En la próxima nota entraré en tema. Gracias. Cuidense. MAG
Continúa...
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NOTA: al final pondré las referencias bibliográficas de los autores que haya mencionado. Vale
Fotografía: Cosecha de trigo. pcia. Buenos Aires (Argentina)